El Juego De Azar 

 

       A medida que más y más estados han adoptado la lotería estatal, ha habido un aumento en el interés por el juego. Eso es verdad para ambos lados de la cuestión. En este artículo intentaremos contestar tales preguntas como: (1) ¿Qué constituye el juego? (2) ¿Es pecado? (3) ¿Puede ser probado que es un pecado aun cuando no está mencionado en la Biblia? (4) ¿Cómo puede saber uno que apostar $100 pesos en una carrera de caballos o comprar un billete de lotería es un pecado y que también la pérdida de miles de pesos en el mercado de valores no lo es? (5) ¿Es justificado el juego cuando es legalizado y trae ingresos para el estado?

       El problema del juego es general. El Instituto Para la Investigación Social de la Universidad de Michigan realizó un estudio extensivo que reveló que en 1974 dos de cada tres Americanos hizo una apuesta y que mas de 30 billones de dólares estaban siendo jugados cada año en los Estados Unidos. Paul Fino, un congreso de U.S. por Nueva York, estimó que el 57% de los Americanos adultos juegan. Se me dijo que el total recaudado en el juego es mayor que las ganancias combinadas del U.S. Steel, la General Motors, y la General Electric y más que 100 de las compañías manufactureras más grandes. Una edición en 1983 del U.S. News and World Report declaró que un estudio de 100.000 jugadores reveló que el total de apuestas (la mayoría de las cuales eran ilegales) totalizó más de 1/3 del Producto Nacional Bruto - más de un trillón de dólares anualmente. Eso se convierte en cerca de $4.500 dólares por cada persona. Los 30 billones mencionados al principio serían del juego legalizado. Un Gallop Pull en 1982 reveló que el 60% de todos los adultos juegan, y que el 80% apoyan el juego legal.

       El juego está ahora legalizado y los gobiernos estatales están envueltos. Veintiséis estados tienen ahora una lotería estatal. Los otros vendrán con el tiempo. A medida que el problema aumente así lo es nuestra responsabilidad de tratar con este (Comp. 1 Tes. 5:22; 1 Pedro 4:1 y Sig.; Rom. 12:1 y Sig.; 2 Cor. 6:14 y Sig.).

       Por ningún medio este no es un problema nuevo. Los Griegos en el tiempo de Homero tenían una taba de ovejas y machos cabríos que eran marcados para servir como dados. Una mesa de juego fue descubierta en Creta que data del 1800-1900 A.C. En Babilonia, flechas descabezadas eran usadas para hacer apuestas. Los niños en Roma jugaban con monedas. Tertuliano dijo: "Si usted dice que es Cristiano cuando juega con los dados, usted dice que no lo es, porque usted es amigo del mundo".

       Sin duda hay y habrá problemas entre los hermanos. A medida que los estados instalen sus loterías y posiblemente algún día una lotería nacional, algunos Cristianos serán tentados a participar. Otros no solamente serán tentados, sino que cederán y comprarán los billetes también como implicarse en otras formas de juego. Ya el primer ganador del millón de dólares de la Lotería Estatal de la Florida fue un miembro de la iglesia. Hay otros que no podrían comprar un billete de lotería pero jugarán alguna cantidad pequeña como lanzar una moneda por una Coca-Cola.

       Tendremos (y ya tenemos) algunos Cristianos que estarán preguntando qué es lo incorrecto con el juego. Algunos serán sinceros, porque saben que es incorrecto, pero no saben por qué. Otros simplemente estarán buscando justificar lo que están haciendo.

 

¿Qué Es el Juego?  

 

Formas Diferentes 

       El juego se presenta en muchas formas diferentes. Hay el juego de cartas tal como el póker. (No confunda un simple juego de cartas con el juego). Están la lotería, las carreras de caballos, de perros, las máquinas de monedas, los cupones (boletos) de sorteos, rifas, el bingo, el lanzamiento de monedas, el lanzamiento de una moneda por una Coca-Cola o café, la ruleta, el juego de dados. La lista continúa porque el juego ocurre cada vez que se haga una apuesta sobre un evento incierto. Ese evento incierto podría ser algo como un juego de balón, una elección, etc. Si esto se ajusta al modelo dado anteriormente, ¡es juego!

       Cuando el juego es definido correctamente, muchos de los argumentos hechos para defenderlo ya han sido contestados. Lo siguiente que veremos es por qué el juego es pecado.

 

Es Adictivo 

       El juego tiene una naturaleza esclavizadora. Horace Levinson dijo: "Los jugadores juegan como los amantes aman, como los alcohólicos beben, inevitablemente, a ciegas, bajo los dictados de una fuerza irresistible" (The Science of Chance, Pág. 26). La misma existencia de los Jugadores Anónimos sugiere que muchos son adictos. Son siervos [o esclavos] del juego. El apóstol Pablo afirmó que el no permitiría que nada (aun las cosas lícitas) tuvieran esa clase de poder sobre él (1 Cor. 6:12).

 

Es Codicia 

       El juego envuelve un deseo desarreglado y excesivo por ganar sin dar algo de igual valor. Busca conseguir algo a expensas de otros. El jugador está deseando que los demás pierdan todo su tiempo, esfuerzo y dinero para ganar. Si tenemos nuestra vida escondida en Cristo debemos hacer morir la codicia, que Pablo dice que es idolatría (Col. 3:5). El mismo escritor le dijo a Timoteo: "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Timoteo 6:10).

 

Viola el Principio del Amor y la Regla de Oro 

       El jugador realmente no muestra verdadero amor por aquellos con quienes juega, porque está deseando quitarles todo lo que tengan si el evento incierto se vuelve en su favor. Y si lo tal es el caso, eso es simplemente la mala suerte del perdedor. Verdaderamente el juego es hurto por consentimiento. Usted podría preguntar, ¿cómo puede ser hurto si hay consentimiento? Esto es hurto en la misma forma que el duelo es asesinato por consentimiento. Simplemente porque las dos partes estén de acuerdo en un duelo no significa que esto no sería asesinato. Jesús dijo: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). Los escritos de Pablo indican que debemos buscar el bienestar de los otros (1 Cor. 10:24). El jugador también viola la regla más básica de las relaciones humanas - la regla de oro, que es: "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas" (Mateo 7:12). Ningún jugador quiere perder. No obstante, está deseando que así sea con los demás.

 

Viola el Principio de la Mayordomía 

       El jugador derrocha, malgasta y despilfarra lo que tiene. La mayoría de los jugadores son perdedores. John W. Gates usaba para jugar juego de naipes $1000 dólares por un punto, apostó $50.000 dólares en una mano de póker y apostó cientos de miles de dólares en las carreras de caballos. Su consejo fue: "No apueste, no apueste en las cartas, no apueste en las carreras de caballos, no arroje los dados". ¿La razón? Bueno, él aprendió acerca de la mayordomía en una forma difícil; murió quebrado en 1911. Debemos ser fieles mayordomos (administradores) de eso con lo que hemos sido bendecidos (Lucas 12:42; 1 Pedro 4:10; 1 Cor. 4:2).

 

Viola el Medio Legítimo de la Transferencia de Dinero o Propiedad 

       Hay tres medios básicos de transferencia de dinero o propiedad que están aprobados por la Biblia. El juego no se ajusta a ninguno de los tres.

El Juego Engendra Otros Problemas 

       El Comité del Senado Para la Investigación del Crimen (1950-1951) así registrado por el Senador Estes Kefauver en El Crimen en América, declaró: "El juego no produce nada y no añade nada a la economía de nuestra sociedad o nación. América está en un mal camino si tenemos que recurrir al incremento del crimen y la inmoralidad con el propósito de levantar una renovación para operar nuestras instituciones.

       El crimen ha aumentado grandemente en aquellas ciudades que son conocidas por sus casinos de juego. Las Vegas reportan unos 36.000 crímenes al año. Tiene cerca de 100 asesinatos al año. Tiene la más alta tasa de criminalidad per cápita de cualquier ciudad en U.S. Atlantic City tenía algunos 4.391 crímenes por año antes de que instalaran sus casinos. Después de 1980 reportaron 11.899. El departamento de policía de Reno dice que el 75% de los casos de desfalco están relacionados con el juego. Los suicidios de jugadores están subiendo del 12% al 15% por encima del promedio nacional.

       El juego está conectado directamente con la bebida, el hurto, con hogares destruidos, hijos ignorados y asesinato. Jimmy el Griego dijo: "Cuando usted legalice el juego en una comunidad, usted arruina la comunidad". Algunos ex-jugadores declaran en la guía de los Jugadores Anónimos: "La más grande pérdida que resultó de nuestro juego no fue ni el dinero, ni el tiempo, que se fueron para siempre, sino nuestro sentido de los valores".

       El FBI cita el juego como uno de los seis peligros seleccionados que perjudican a los jóvenes. J. Edgar Hoover dijo: "El juego es un vicioso mal, corrompe a nuestros jóvenes y marchita la vida de los adultos. Se convierte en el trampolín para otros crímenes - desfalco, hurto y aun asesinato".

       Jesús dijo algo: "Así que, por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:20). Ahora sabemos algo acerca de los males del juego por medio de mirar los frutos que produce.

 

Cómo Es Promovido 

       Muchos piensan que el juego es del todo correcto en que puede ser usado para hacer bien. Traerá ingresos para el Estado para consolidar tales cosas como la educación. ¿Quién se opondrá a la consolidación de la educación? Sin embargo, el fin no justifica los medios. Ya hemos notado que el juego en nuestras comunidades no produce bien, sino solamente más problemas. Pero suponga que produjo bien; ¡aún es pecado! Como sugirió un hermano, si legalizamos el juego para traer ingresos, ¿por qué no legalizamos la prostitución (como ya la tienen en Nevada) y que los impuestos de esta traigan ingresos? ¿Justifica eso la prostitución?

       A causa de los problemas que esto engendra, el juego cuesta más a la policía que lo que puede traer como ingresos para el Estado.

       Podemos estar seguros que las loterías Estatales van a aumentar. Simplemente asegurémonos que el pueblo de Dios se abstiene de tales males (1 Tes. 5:22).

 

Por Donnie V. Rader

(Traducido por Jaime Restrepo)

 

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